Wednesday 9 June 2010

Shiva-Shakti


La unión de la conciencia cósmica con la energía creativa como objetivo tántrico

Para el Tantra, Shiva y Shakti, son lo masculino y lo femenino que penetran y animan todas las cosas de la creación.
La Unidad en el Tantra, simboliza la unión de Shiva con Shakti, de la polaridad masculina con la polaridad femenina del cosmos.
Mientras Shiva se identifica, simbólicamente, con el semen blanco, la luna, la pasividad y la conciencia, Shakti, se asocia a la sangre roja, el sol, la actividad y la naturaleza.

Shiva y Shakti existen en conjunción inseparable. La meta del tantrismo, es trasladar esa fusión trascendente de los dos principios al individuo.
El tantrismo pone el acento en el aspecto dinámico de lo Divino, representado por Shakti, en lugar de ponerlo en el Ser, representado por Shiva.

* Shakti es el poder y energía surgidos de la conciencia de Shiva, es fuerza de creación, naturaleza y también, fuerza del cambio, de la transformación espiritual y de la destrucción del ego. Es la madre universal, femenina, activa, cambiante, el complejo mente-materia, el conjunto de todas las actividades psicofísicas, la totalidad en movimiento, que se convierte así en el poder de Shiva, el Ser.

* Shiva por su parte, es el sustrato del universo, la energía estática que fecunda todo mediante la fecundidad de Shakti. El que todo lo contiene, lo abarca, lo emite y lo reabsorbe. Ilimitado, transtemporal, inconmensurable, el gran pacificador, el imperturbable, el dador de vida, el señor de la vida y la muerte, el señor de los chakras, el observador, la conciencia testigo


La historia de Shakti y Shiva es una historia de amor. Es la historia de la búsqueda del ser amado dentro de nuestro propio ser. El reencuentro con nuestra totalidad a partir de la unión de los opuestos.
En la tradición hindú, Shakti representa el principio femenino, que está situado en la base de la columna vertebral, en el primer chakra; y Shiva, el principio masculino, situado en la parte alta de la columna vertebral, aproximadamente en el séptimo chakra. Shiva y Shakti representan las extremidades del eje vertical del ser humano, el Mago y la Emperatriz del Tarot, la intuición y la sensación que, unidas, provocan la iluminación.
La historia cuenta el despertar de Shakti Kundalini, nuestra experiencia material, su ascensión y viaje por los chakras, vivenciándolos y dinarnizándolos hasta, por fin, encontrarse y unirse a su amado Señor Shiva, nuestra consciencia espiritual.
Cuenta la tradición que, en la base de la columna vertebral, existe una energía dormida. Esa energía está representada bajo la forma de una serpiente enrollada en el hueso sacro. En su sueño, vivimos en un estado de adormecimiento, de ilusión, llamado Maya. En él quedamos prisioneros de los ciclos kármicos de causa y efecto, ya que, como apenas personajes, estamos totalmente inconscientes de nosotros mismos, como actores de nuestro verdadero papel en la vida. En este estado buscamos solo aquello que el mundo material nos ofrece. Nuestra felicidad está inevitablemente dependiendo de él. Corazones y mentes, alma y espíritu están esclavizados por las sensa­ciones materiales de placer y dolor y las conductas morales basadas en los conceptos del bien y del mal. La seguridad y la estabilidad valen más que la espontaneidad y la libertad. Vivimos prisioneros del pasado, inseguros ante el futuro, perplejos ante el presente y, sobre todo, llenos de miedo ante la sombra de la muerte.
 Cuando despertamos nuestra serpiente, despertamos la propia energía femenina del espíritu, física, sexual, que es la base de toda la creación en el mundo material e, incluso, de la propia experiencia espiritual. Ese despertar, como en los cuentos de hadas, transforma esa terrible serpiente en una bella diosa, Shakti Kundalini, que asciende por la médula espinal, despertando y desposando a las divinidades que existen en cada chakra. Esos dioses activos significan el buen funcionamiento de loschakras, desbloqueados y armonizados por la propia energía Kundalini.
 Por fin, al llegar al sexto chakra, a la altura de la frente, entre las cejas, Shakti encuentra dormido a su eterno amado, el Señor Shiva, nuestra consciencia es­piritual. Entonces empieza a danzar para él, y el amor que emana de su danza lo despierta. Él se une a ella en esa danza y los dos, danzando y amándose, se funden en un solo ser, el andrógino, mitad masculino, mitad femenino, realizando así la Boda Mística, donde los opuestos se unen para volver nuevamente a la unidad, o sea, divinidad y humanidad, Cuerpo y Espíritu danzando unidos en un solo ser.
 Y para terminar la historia, este ser Shiva-Shakti, se transforma en pura luz y, como una espiral de energía, atraviesa el Portal de Brahma, el séptimo chakra en la coronilla, y desaparece en el Infinito, volviendo a la Luz Original.

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