Sunday 7 November 2010

Enseñando lo fundamental

Antaño, hace ya muchos años, se utilizaban en el Japón cierta clase de linternas hechas de papel y bambú, con una vela en su interior. Un hombre ciego, que había ido a visitar a un amigo por la noche, recibió de este una de esas linternas para que hiciese el camino de vuelta a casa.
- ¿Para qué quiero yo una linterna? Oscuridad y luz son para mí la misma cosa.
- Se que no necesitas una linterna para encontrar el camino, pero si no la llevas, algún otro podría tropezar contigo, así que es mejor que la cojas.
El ciego partió con la linterna en la mano, pero apenas se había alejado un corto trecho cuando chocó de frente con alguien. -Mira por donde andas-, le gritó al desconocido. -¿Es que no ves la linterna?-
- Tu linterna se ha apagado, hermano-, respondió el hombre.

Carne de zen. Huesos de zen

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