Cuando preguntaron a Hung-jen, el quinto patriarca del zen, por que de entre los quinientos monjes qu habia en su monasterio habia elegido a Hui-neng como sucesor suyo, respondio:
"Cuatrocientos noventa y nueve de mis discipulos han comprendido muy bien el budismo, solo Hui-neng no lo ha entendido de ninguna manera. El no es un hombre que se pueda medir de forma corriente; por eso le entregue la tunica de la autentica transmision."
Porque 'no lo ha entendida de ninguna manera'. Una comprension
intelectual no es una comprension: es una decepcion, una ilusion, un sueño, un sustituto. Porque te estas perdiendo lo real y, como no tienes la suficiente valentia para aceptar el hecho de que estas
perdiendo lo real, lo sustituyes. Es una flor de plastico. Lo sustituyes con algo que es falso y asi te sientes muy bien; empiezas a pensar que ya lo tienes, pero ¡no lo tienes! Tus manos estan vacias.
Cuando Hui-neng llego al maestro, este le pregunto una cosa:
'¿realmente quieres saber? ¿lo quieres? ¿quieres saber sobre la
verdad, o quieres conocer la verdad misma? Y Hui-neng dijo: -¿De que me sirve saber sobre la verdad? Dame lo autentico- Y el maestro respondio:
"Entonces ve a la cocina y limpia el arroz para la comida. No vengas a mi otra vez; yo te llamara cuando llegue el momento adecuado."
Pasaron doce años y un dia el maestro declaro:
"Me ha llegado la hora de abandonar este mundo y, por eso, tengo que elegir un discipulo para ser mi sucesor. Cualquiera que piense estar preparado, capaz de ser mi sucesor, debera escribir cuatro lineas delante de mi puerta demostrando su conocimiento. El erutdito mas elevado se acerco durante la noche y en cuatro lineas, maravillosas lineas, realmente hermosas, escribio la esencia misma del segundo principio. A traves de la mente uno no puede llegar mas alla de eso. Escribio: 'La mente es como un espejo. El polvo se acumula en el. Limpia el polvo y conoceras aquello que es.' Completamente cierto, absolutamente correcto. ¿Que mas puede haber?
Nadie pudo hallar nada mal. Y la gente estaba tratando de mejorarlo, pero todos eran intelectuales. No se puede mejorar mas; este es el ultimo punto que la mente puede alcanzar. Y parece logico: 'La mente es como un espejo. El polvo se acumula en el, y entonces no puede reflejar.' Esto es lo que le ocurrio a la mente.
Entonces, dos o cuatro monjes que discutian sobre ello, pasaron
cerca de Hui-neng, que estaba haciendo su trabajo en la cocina. El los oyo y se echo a reir. Estaban comentando sobre esas maravillosas lineas, lo esencial de todas las escrituras. Durante los doce años nadie lo habia escuchado reirse. Se reia. Los monjes lo miraron y dijeron: -¿Que? ¿De que te ries?- Y el repondio: 'Todo es una tonteria, no es verad.'
No podian dar credito a sus oidos. Este hombre, el limpiador de arroz, nadie lo habia visto jamas, ni siquiera meditando. No podian creerlo y. ademas, ellos eran eruditos; asi que rieron de lo absurdo y dijeron: ¿puedes tu mejorarlo?
Hui-neng contesto: 'Puedo, pero tengo un problema, no se escribir. Si vosotros sabeis escribir, os dire algo para que lo escribais.' Pero no se acerco a ellos, unicamente dijo: 'La mente no es en absoluto un espejo. ¿Donde puede acumularse el polvo? Quien sabe esto, lo sabe.'
Lo escribieron en la puerta.
El maestro se enfado y mando a llamar a Hui-neng, y le dijo : "Asi que lo has pillado. Escapate ahora mismo del monasterio. Aqui esta mi tunica, tu eres mi sucesor, pero se se lo digo a la gente te mataran."
Hui-neng escapo. Durante dos o tres dias la gente penso que le
habia ocurrido algo. De pronto vieron que Hui-neng no estaba y que tambien faltaba la tunica del maestro, y empezaron a buscarlo. El mayor erudito, aquel que habia escrito las lineas lo encontro en el bosque y cuando lo apreso, Hui-neng dijo: 'Puedes llevarte la tunica. Tomala.'
Tiro la tunica al suelo y el erudito trato de recogerla pero era demasiado pesada y no pudo levantarla. Sudando, se desplomo en el suelo y dijo a Hui-neng: -Perdoname. He venido por la tunica, pero ni siquiera la tunica esta preparada para mi. Soy incapaz. Lo unico que conozco son palabras y mas palabras. Perdoname... y enseñame algo.-
Hui-neng contesto: 'Enseñar es tu problema; te has eneseñado demasiado a ti mismo, ahora desenseñate, desaprende. Abandona todo lo que sabes. Tus conocimientos son la barrera para saber.'
Zen, su historia y enseñanzas. Osho